domingo, 20 de abril de 2014

Muero

Tarde, ya son las cuatro, escribo en mi cama, tirao en mi cuarto, con el móvil en la mañana, mañana no me levanto, tengo los ojos cansados de tanto llorar y lamento, que ya no siento las piernas caigo por mi propio peso y me desplomo, caigo a plomo como el pomo que abre mi cuarto, que no se sostiene solo y sólo has de empujarlo, para abrir las puertas que me llevan a un mundo más amargo, más lleno de ira, más lleno de odio, la rabia que tengo es la rabia que no controlo y me lleva a un mundo alejado del resto, donde veo las cosas negras y todo es un desierto, de arena que entra en mis pupilas y lloro, lloro porque no tengo otro lugar al que marchar, mañana será nunca, pero quizás nunca ya sea nunca jamás, nunca más, sentiré otra vez la fina brisa que sentía cuando de pequeño dormía entre los brazos de ternura que me regocijaban aquellos días, llenos de amor y de alegría, entre tanto cariño y bienestar, que ya el estar bien no lo sentirá mi cuerpo que está a punto de desplomar y me llega al alma la poca calma que siento, asfixiado y triste, porque no supe ver mas allá de lo que me indicó el dedo para mirar hacia el mundo libre, libre de mal y estupidez, ya probaré otra vez a ver el mundo desde el edén para alejarme del desierto que siento en lo más profundo de mi ser y mi escritura sea un paso para no volver a caer, pero caeré en el mismo pozo de tristeza y tenderé, los pañuelos en la cuerda para secarme las lágrimas otra vez...
Otra noche más pensando en por qué el mundo es tan cruel, por qué sólo viven bien los que viven y los que no han de permanecer, atados en este mundo lleno de cólera y guardaré, un último respiro para volver a sentirme hombre del desierto entre finos versos escritos sobre papel
Que yo escribo con sangre y se me está acabando la tinta, que aunque me desangre igualmente perderé la vista, se marchará la calma y siento como esprinta, mi corazón no late, aunque yo insista que todavía queda un poco de amor en mi interior, la rabia me reconcome y me invade el calor, de este caluroso desierto que se transforma en dolor y muero, muero de sed y entro en combustión, las dunas taparon mi esperanza la luna no me deja ver el sol, porque cuando hace frío en el desierto, muero, muero entre los rayos del viento que se clavan en mi pecho y dejan al aire libre mi razón, para que comprenda un poco más, lo que es la vida sin rencor, y sienta más odio por dentro porque ya no siento el amor, sólo siento impulsos, sólo siento el descontrol, de mi pulso luchando por ver el mundo mejor, y sólo encontrar lágrimas que brotan de otro que no soy yo, porque yo ya dejé de llorar hace tiempo porque el viento se llevó, la única esperanza que tenía mi amor hacia el hip hop, y cuando me doy cuenta vuelvo a estar de bajón
Bajo la luna estrellada y el sol resplandeciente, se encuentran mis delirios que posaron sobre un recipiente que yo mismo me tomé para provocar mi propia muerte, ten suerte me dijeron, y me abandonaron en este desierto inerte, ahora que pienso por mí mismo no le temo a un mundo lleno de jueces que juzguen mientras ando como soy y como se sentían cuando me decían aquellos días que nunca llegaría a la meta que me proponía, nunca llegué, pero al menos ya lo sabía, nunca me hice ilusiones con mis canciones y mis rimas, mis improvisaciones sobre una temática que era sólo la misma, la misma mala vida que tengo y que tenía, entre tanto desierto, nunca vi la cima de la duna más alta que miraba desde encima de mi cabeza estricta, de mis letras poco cuidadas, entre lágrimas que escribo brotan tristes parrafadas, brota el miedo a sentirse inferior, brotan las malas rachas, ahora que estoy más hundido que nunca sale poco brío de la luna que un día juraría tocar, pero muero por dentro, porque nunca supe explicar, lo que me pasaba, y me tire hacia el mar...
Mar azul lleno de dudas e impertinencias, en el desierto no hay mar, pero hay mar en mi conciencia, concienciado de que nunca se me dará clemencia en esta vida llena de impaciencia y desesperación, desesperada canción que brota de mi corazón, entre escarcha y malas rachas surge tal contemplación, ¡Por qué nunca supe llevar bien la relación entre paz y tranquilidad hay maremotos en mi interior! ¡y en cambio muero porque no he encontrado el amor que yo soñé un día encontrar!, porque tras esta reflexión, ¡ya nada será igual!
Encontré un sentido a la vida, nacer para morir, que por mucho más que escriba mi cuerpo quiere dormir, así que me veo obligado a poner punto y aparte porque mi dolor no tiene final, acabo esta letra, para volver a empezar, a llorar entre tormentas de arena que me quieren tragar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario