martes, 15 de julio de 2014

Haciéndote poesía

Me gustaría tener ganas de estar contigo, pero ya no quieres ser mi abrigo en las noches de frío, mi consejera, aún a sabiendas que no me esperas, yo podría esperarte eternamente entre la esfera
De amor que tenía yo en mi corazón guardado, era todo para ti pero decidistes tirarlo, en vez de amarlo, de acercarme a tu alma, cuando venías a verme mi corazón se desarma
Arma de doble filo tus besos jamás recibidos, arma que me mata tras tantas esperas escondido, en el silencio, amaneció de noche tu carácter, pronto se encendió la llama que tú apagastes
Gastastes esfuerzos en decirme no te quiero, mas aún en la sombra sabes que te espero, y me desespero, porque seas mía, pero tu ya apagastes la llama una vez encendida
Corazón dañado no olvida sus penas, la melancolía que siento quiero verte nena, para saber, que al menos todavía te va bien, corazón desconsolado te consoló más de una vez
Y entre llantos recibí tu tristeza y ceguera, por dar pasos sin rumbo cual persona ciega, y no se niega, que tú nunca sentistes nada, entrando en tu zona de amigos mi alma resquebrajada
Y entre remordimiento todavía recuerdo tus borracheras, alcohol no mata penas, pero poema los envenena, y se hizo más fuerte, mi puro sentimiento, que tras darle muerte hundistes mis cimientos
Cientos de días esperando tu llegada, cientas de horas esperando tu llamada, pero ya no sirve, mi sexto sentido, cuando me acercaba a ti se escuchaban los latidos
Dulce cual batido de vainilla, y yo aquí llorando por esa chiquilla, niña, mi corazón ya no bombea sangre, desde que se destrozó está rodeado por alambre
Protección que tiene para que no se dañe, y que se encoja cuando esté pasando hambre, y siento, que el tiempo se me escabulle entre los dedos, parece que fue ayer cuando te dije te quiero
Recuerdos inundan mi mente en ocasiones, raro es que no te haya escrito ya mil canciones, versos, que entren por tus ojos, cada letra bonita que hago me inspiro en tu rostro
Muestro mi conciencia con cierta hambre de emociones, pero yo no soy pa ti, se me saltan los colores, el rojo de tu sonrojo me ha partido en mil pedazos, en más de una ocasión llegué a necesitar tus brazos
Y tú en más de una ocasión venías a llamarme, aquellas tardes en el parque, aquella sonrisa implacable, sonrisa perfecta se resaltaba el esmalte, ayer comía de tu cariño, hace na moría de hambre
Pero me acostumbré a no necesitarte, se perdió el amor resultante, ya lo eché a parte, pero siempre que tengas que venir a llorarme, yo estaré aquí, para consolarte, haciéndote poesía, haciendo obras de arte

No hay comentarios:

Publicar un comentario